HISTORIAS DE POLICÍAS | «La negra» sueña con volver a las filas del UNDEMO

0
684
Por: Emilio Gutiérrez Yance

Desde niña soñó con ser Policía y formar parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios, el 19 de febrero de 2014 el destino comenzó a mostrarle el camino, hoy, llena de orgullo y patriotismo asegura que su vida dio un giro maravilloso al ingresar a la Escuela de Policías en Medellín y convertirse en la patrullera Edith Barrios Pájaro.

Enfrentó varios obstáculos, pero su sueño era el mismo y aquello que persiguió con verdadera pasión, finalmente lo alcanzó, sin embargo, un accidente de tránsito la dejó sin sensibilidad en las piernas y la separó del ESMAD, pero su deseo de regresar a esas filas sigue latente y sueña que un día la llamen para reincorporarla. “Iría de cabeza y sin casco como dicen por ahí”, dice con una sonrisa en su rostro.

En las calles donde las manifestaciones violentas y los ataques con piedras y papas bombas eran desafíos cotidianos, Barrios Pájaro, se destacaba por su firme determinación. Desde el ESMAD donde estuvo durante 7 años, ayudaba en situaciones difíciles que a veces eran recompensadas con aplausos y otras veces con ataques.

Edith, conocida cariñosamente como «la negra», nació y creció en el barrio Ternera de Cartagena de Indias en un hogar tipo vecindad del chavo con dificultades económicas. Su padre, Hernando Barrios, un vigilante que al quedar desempleado decidió trabajar como mototaxista para ganarse el pan de cada día y pagar la carrera de medicina a su otro hijo, terminó hipotecando su casa para que ella pudiera ingresar a la Institución con la que tanto había soñado.

Desde los 17 años, Edith, comenzó a trabajar en una ferretería, ahorrando cada centavo para poder cumplir con los trámites de ingreso a la Escuela de Policía. La graduación fue un logro que la llenó de orgullo al igual que a todo su núcleo familiar, pues en medio de las dificultades económicas ahí estaban aplaudiéndola, era el principio de un gran logro.

Recuerda que el día en que se puso por primera vez el uniforme de Policía, sintió una emoción indescriptible. Estaba lista para enfrentar el peligro en las calles y servir a su comunidad, Sin embargo, la vida tenía otros planes, sobrevino el accidente de tránsito que la dejó parapléjica por varios días.

“Ese es un episodio del que no quiero acordarme, el camión queda sin frenos y el conductor hace maniobras, se sale de la vía y caemos a un precipicio, íbamos en la parte de atrás y la mayoría de los compañeros me cayeron encima, quedo inconsciente y cuando reacciono veo a una compañera en la parte de arriba del camión y me dice tranquila voy a buscar ayuda nos accidentamos. Otra compañera estaba a mi lado tratando de tranquilizarme y es cuando caigo en cuenta que estoy en un accidente, intento levantarme y no puedo mover mis piernas ahí comenzó la pesadilla”.

A pesar de este revés devastador, su espíritu de lucha no se quebró. Aunque ahora trabaja en la oficina de asuntos jurídicos de la Policía de Bolívar, su mayor deseo sigue siendo regresar a su Escuadrón que ahora se conoce como Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO). “Es un honor ser Policía es un orgullo pertenecer al ESMAD”, ese era su lema de combate.

Edith, se convirtió en un ejemplo de resiliencia y perseverancia para sus compañeros de trabajo. Su experiencia en el ESMAD le había brindado valiosas lecciones sobre el control de situaciones difíciles, y aplicó ese conocimiento en su nueva función en el departamento jurídico de la DEBOL.

Los años han pasado desde aquel accidente cuando el camión donde viajaban con destino a un pueblo del Atlántico, se quedó sin frenos y se volcó, pero el sueño de Edith de volver al ESMAD nunca se ha desvanecido.

Tras un largo proceso de recuperación y entrenamiento especializado, la patrullera Edith, logró su tan ansiado regreso al ESMAD donde fue recibida en medio de aplausos, admirando su perseverancia y determinación, pero esa dicha duró poco, pues no estaba al 100 por ciento para lo que requiere esta unidad.

Edith, demostró una vez más que los sueños pueden superar cualquier obstáculo. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, se pueden alcanzar sus metas con pasión y esfuerzo. «La negra» sueña con volver a las filas del ESMAD.

Edith es madre soltera, su pequeño hijo Dereck de tan solo 8 meses de nacido es el motor que la impulsa a seguir batallando diariamente al lado de sus seres queridos, esos que la apoyaron todo el tiempo.

Cuenta que un día siendo niña aun, pasaba junto con su madre por el mercado de Bazurto, cuando vio a los hombres del ESMAD retomando el orden en medio de una manifestación y quedó impactada. “yo le dije a mi mamá cuando yo sea grande quiero ponerme ese uniforme”, lejos estaba su madre de imaginar que aquel sueño se convertiría en una realidad.

Tiene espíritu indomable y ha protagonizado una historia de valentía y determinación desde sus primeros días en la Policía cuando soñaba con unirse al ESMAD, un sueño que muchos consideraron imposible debido a los desafíos físicos y las barreras de género. Sin embargo, su determinación la llevó a superar obstáculos inimaginables.

El entrenamiento riguroso y físicamente exigente no la detuvo. Demostró ser una guerrera incansable, comprometida con su objetivo. A medida que avanzaba en su carrera, dejaba huellas de determinación y fuerza en cada paso que daba.

Dejó los disturbios en las calles para enfrentarse al trabajo de oficina, pero su espíritu combativo sigue ardiendo y lo que más añora es volver a la línea de frente de su escuadrón donde demostró su valentía y dedicación en la protección de la comunidad.

Sus compañeros la definen como una mujer decidida y combativa que se embarcó en un camino lleno de desafíos. Su pasión por servir y proteger a la comunidad la impulsó a perseguir incansablemente su sueño de ser parte del ESMAD, a pesar de las dudas y las adversidades.

Edith, quien estudió Análisis y programación de computadores, se prepara para estudiar derecho, ese es otro sueño que quiere hacer realidad, recuerda que desde niña le ha gustado ganar causas justas, en el colegio era muy popular y fue escogida como Personera Estudiantil.

Dice que cuando llegó a Medellín, su padre con los ojos aguados, le dijo, “hija te entrego las llaves de tu libertad, de aquí en adelante usted se defiende. Fueron sentimientos encontrados, estaba feliz porque comenzaba mi sueño, pero triste porque me separaba de mi familia”.

La patrullera Edith Barrios Pájaro, es un ejemplo de pujanza y tenacidad de una mujer Policía que nunca dejó que los obstáculos la detuvieran en la búsqueda de sus sueños. Su historia nos recuerda que la determinación y la fuerza de voluntad pueden superar cualquier desafío, y que las mujeres como ella son un pilar fundamental en la fuerza policial.